ἄνεμος, ου, ὁ (31), lexema nominal que denota entidad material (= Entidad) y actividad (= Hecho).
Definición: “Aire que se mueve con mayor o menor fuerza”: viento.
La definición dada corresponde a la primera acepción de ἄνεμος, en su sentido propio (semema I). Cuando va afectado por un número, como en la expresión «los cuatro vientos» (factor contextual), se añade la connotación de un punto de origen (semema II). Cuando la expresión «los cuatro vientos» va precedida de la preposición ἐκ (factor contextual), se produce una metonimia (semema III). Finalmente, cuando se usa en sentido figurado (factor contextual), se tiene la cuarta acepción (semema IV).
Semema I. En sentido propio.
– Sin calificación.
Mt 7,25: ἦλθον οἱ ποταμοὶ καὶ ἔπνευσαν οἱ ἄνεμοι llegaron las riadas y soplaron los vientos; cf 7,27.
Mt 8,26: ἐπετίμησεν τοῖς ἀνέμοις conminó a los vientos; cf Mc 4,39; Lc 8,24.
Mt 8,27: καὶ οἱ ἄνεμοι... αὐτῷ ὑπακούουσιν incluso los vientos... le obedecen; cf Mc 4,41.
Mt 11,7: κάλαμον ὑπὸ ἀνέμου σαλευόμενον; ¿una caña sacudida por el viento?; cf Lc 7,24.
Mt 14,30: βλέπων δὲ τὸν ἄνεμον ἐφοβήθη cuando vio / sintió el viento le entró miedo.
Mt 14,32: ἐκόπασεν ὁ ἄνεμος cesó el viento; cf Mc 4,39; 6,51.
Lc 8,25: καὶ τοῖς ἀνέμοις ἐπιτάσσει da órdenes incluso a los vientos.
Jds 12: νεφέλαι ἄνυδροι ὑπὸ ἀνέμων παραφερόμεναι nubes sin agua que se llevan los vientos.
– Calificado.
Mt 14,24: ἦν γὰρ ἐναντίος ὁ ἄνεμος pues el viento era contrario; cf Mc 6,48; Hch 27,4.
Mc 4,37: γίνεται λαῖλαψ μεγάλη ἀνέμου sobreviene un fuerte torbellino de viento; cf Lc 8,23.
Jn 6,18: ἥ τε θάλασσα ἀνέμου μεγάλου πνέοντος διεγείρετο el mar, como soplaba un fuerte viento, estaba picado.
Hch 27,7: μὴ προσεῶντος ἡμᾶς τοῦ ἀνέμου... como el viento no nos era favorable...
Hch 27,14: ἔβαλεν κατ᾿ αὐτῆς ἄνεμος τυφωνικός se lanzó contra ella [la nave] un viento huracanado; cf 27,15.
Sant 3,4: τὰ πλοῖα... ὑπὸ ἀνέμων σκληρῶν ἐλαυνόμενα los barcos..., empujados por vientos recios.
Ap 6,13: ὡς συκῆ... ὑπὸ ἀνέμου μεγάλου σειομένη como una higuera zarandeada por un fuerte viento.
Semema II. En la expresión «los cuatro vientos», el número, que distingue los vientos, añade al lexema la connotación de un punto de origen.
Definición: “Aire que se mueve con mayor o menor fuerza, procediendo de uno de los puntos cardinales”: viento.
Ap 7,1a: τέσσαρας ἀγγέλους... κρατοῦντας τοὺς τέσσαρας ἀνέμους τῆς γῆς a cuatro ángeles que retenían los cuatro vientos de la tierra; cf 7,1b.
Semema III. Construido con ἐκ (relación de procedencia, [lugar] de dónde), se produce una metonimia que cambia la figura del semema II, haciendo denotada y dominante la determinación de lugar de origen; οἱ ἄνεμοι no indican ya los cuatro vientos principales, sino los puntos de que proceden (los puntos cardinales). Denotan, por tanto, una extremidad de la tierra (= Determinación) como origen (= Relación) del viento; connota la superficie terrestre y el viento mismo.
Definición: “Punto extremo de la superficie terrestre en el que tiene origen un viento”: punto cardinal; en plural, los cuatro puntos cardinales / los cuatro vientos.
Mt 24,31: ἐπισυνάξουσιν τοὺς ἐκλεκτοὺς αὐτοῦ ἐκ τῶν τεσσάρων ἀνέμων reunirán a sus elegidos de los cuatro puntos cardinales / de los cuatro vientos; cf Mc 13,27.
Semema IV. Uso figurado.
Definición: “Influjo que puede ejercer una doctrina sobre un individuo”: influjo, impulso, metáf. viento, ventolera.
Ef 4,14: ἵνα μηκέτι ὦμεν νήπιοι, κλυδονιζόμενοι καὶ περιφερόμενοι παντὶ ἀνέμῳ τῆς διδασκαλίας así ya no seremos niños, a la deriva y zarandeados por cualquier viento / ventolera de doctrina.
ανεμος
anemos